Peleando a la Contra

La voz al suelo

 
En el silencio del mar,
se alzan las dudas de un tiempo olvidado,
vientos opacos de libertad,
siembran serenos gritos y llantos

El pueblo se ahoga tranquilo,
cosecha el pan de avaricia,
riegos de sangre en los himnos,
prozac destilado y medias caricias.

Las siluetas de los muertos alcanzan
las trincheras y sus voces de luna,
redes y reyes de vieja añoranza
marchitan las manos de un pueblo sin uñas.

Expían la rosa (prosa) y el tedio,
el olivo en los campos de azufre,
La España cainita de cara manchada,
conquista discursos, sillones y luchas.

Alzad los puños al suelo,
Sobre el manantial de consumo que ingieren,
Las flores crecen en los dedos,
De los perdidos, rezagados, rebeldes.

No será el viento mi consuelo
si la vela que mueve estremece,
cazadores de auroras clandestinas,
Estad serenos, perder la brisa.
Es el tiempo del poeta encarcelado,
De las brujas rompiendo sus yugos,
de irrigar con el sudor del vecindario
la codicia, la opresión, la desdicha
Y hacer caer los frutos
Y a sus carceleros.

Las raíces aguardan el reencuentro
De la vida, la memoria, el recuerdo.
Tuya es mi lucha,
Mia es tu guerra.
Alzad la voz al suelo.

Esta entrada se publicó el agosto 28, 2020 en 11:12 pm y se archivó dentro de Uncategorized. Añadir a marcadores el enlace permanente. Sigue todos los comentarios aquí gracias a la fuente RSS para esta entrada.

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