Si al final
en la ecuación de los días
las incógnitas perduran,
Si en la senda del libertino
las noches se cierran
y se aúnan los cercos,
Si la alambrada de espinas
es el escenario
que invitas a imponer,
Si la paz que revindicas
esconde guerrillas
de causas inciertas
Si al abrir la ventana
saboreas el aire
con labios caducos
Si no agarras con fuerza
el fusil que empuñamos
en la rendición de olvido
Si al escuchar mi presencia
no hay sol de la Albufera
Si piensas en frió
el calor del corazón
para hacerlo cadáver
Si tu voz solo suena
en los ecos de tus lunas
Si agarras mi mundo con
tus manos de vidriera
Si escondes tu soledad
en pedazos de silencios
Si te declaras culpable en la acusación
de olvido
Si el vértigo de la libertad
te empuja a creer en fallas y faltas
Si no suena la llave de Sueño
en nuestro himno
Si como predijo Benedetti
te salvas
solo entonces,
no te quedes conmigo.